

Mi historia
Mi camino hacia la sanación y el crecimiento espiritual no fue fácil. En un momento de mi vida, me sentí perdida, sin rumbo, sin saber qué camino escoger.
Una situación difícil me golpeó profundamente y me dejó sin objetivos, con una mente que no descansaba, que se respondía y se preguntaba lo mismo una y otra vez. Incluso, en esos momentos, mantenía conversaciones internas como si fuera otra persona.
Durante muchos años viví en lucha: con mi cuerpo, con mis emociones, con la sensación de que algo no encajaba. En el fondo, me sentía desconectada de mí misma, como si me hubiera perdido sin saber en qué momento.
Ese duro golpe me llevó a buscar ayuda y a explorar terapias de sanación. Poco a poco, y con mucho esfuerzo, empecé a sentirme mejor. Hubo sucesos que eran difíciles de explicar con palabras, pero que mis ojos veían claramente, y mi mente solo quería entender el por qué.
Fue el dolor el que me abrió la puerta a lo sutil. Y gracias a ello aprendí, me perfeccioné en estas sesiones y decidí dedicarme a acompañar a otros en su proceso de sanación.
Hoy acompaño a otras mujeres que, como yo, están listas para soltar lo que pesa, escuchar lo que el alma susurra y volver a casa.
Mi misión es ofrecerte un espacio sincero, lleno de empatía y amor, donde puedas sentirte acompañado/a en tu camino hacia el bienestar interior. Estoy aquí para ayudarte a reconectar contigo mismo/a, sanar heridas y encontrar tu propio camino hacia la paz y la claridad. No solo como terapeuta, sino también como alguien que, en su propio camino, ha pasado por momentos similares y puede empatizar profundamente con cada uno de vosotros.
Este espacio no es para todos.
Es para ti, si sientes que ha llegado tu momento.
Tu momento de regresar a ti.
¡Gracias por confiar en mí!
*Candy*